Gripe Televisiva

Como ya es mundialmente conocido, algunos países están siendo afectados por una grave epidemia -con eje en México- que, aunque a esta altura está teóricamente controlada, ya se cobró más de 150 vidas: la Gripe Porcina. Una enfermedad que afectaba sólo a cerdos y, después de una mutación llegó a contagiar al ser humano, logrando así sembrar el pánico en todo el planeta.

Los noticieros dedican 24 horas del día a la enfermedad, porque claro, ahora que hay Gripe Porcina no hay más hambre, ni violencia en las escuelas, ni inseguridad, ni crisis económica mundial, ¡ni Dengue! Afortunadamente, nuestro país logró erradicar todos los problemas que lo apesadumbraban para automáticamente convertirse en un país del primer mundo y preocuparse sólo “por los pobres hermanos mejicanos que están sufriendo esta pandemia”.

Ya es hora de caer en la realidad, y darse cuenta que lo único que hace la televisión hoy en día es buscar la paranoia en la gente en cuanto a este tema, en vez de tranquilizarla y decirle la verdad -ya hay antivirósicos que funcionan correctamente- les comen la cabeza para que se llegue al extremo de, como siempre pasa, olvidar, no tener tiempo de pensar, creer que no existe otro problema en este mundo que no sea la Gripe Porcina. Lo más extraño (y hasta gracioso) es que ya se ve gente con barbijo en la zona de Capital Federal, en el subte, en el tren. Hasta podría asegurar que disminuyó la venta de repelentes (contra el ya olvidado Dengue) y aumentó considerablemente la de cubrebocas (¿será una estrategia de venta de una importante empresa que se dedica a hacer barbijos?).

Está perfecto que los medios hablen sobre medidas de prevención, porque, venido el caso, es necesario conocerlas, el problema es que al mismo tiempo están enfermando a la gente “por si acaso” y ya hay suficientes problemas en este país como para criar hipocondríacos autómatas que cada vez que tengan tos o dolor de cabeza huyan despavoridos hacia un hospital.

Millonaria eliminación

Muchos hinchas de River antes del partido ya estaban pensando la cantidad de goles que iba a tener que hacer su equipo en el Monumental y hasta vivieron con intensidad el empate entre San Martín de Porres y Nacional de Montevideo, sufriéndolo como si fuera propio y sabiendo que el resultado los afectaba directamente; pero por lo visto se olvidaron que todavía dependían de ellos, que tenían que disputar un encuentro y que enfrente tenían un equipo de fútbol, Nacional de Paraguay, con el plus de que éste ya estaba eliminado del torneo, por lo tanto iba a jugar sin obligaciones pero al mismo tiempo sin presiones.

Néstor Gorosito paró un equipo claramente ofensivo en tierras paraguayas. Comenzó el partido con tres en el fondo: Gerlo, Cabral y Sánchez, Ahumada y Domingo de doble cinco, Ferrari y Sambueza por las bandas, Buonanotte de enganche y arriba, Falcao y Fabbiani. El conjunto millonario intentó ir para adelante, atacando pero sin ideas, en ningún momento logró jugar bien al fútbol, a pesar de que generó bastantes situaciones de peligro en el arco defendido por el guardameta argentino Ignacio Don. Cristian Fabbiani fue el protagonista de los ataques del equipo de Gorosito, pero aunque se lo vio con mucha más convicción que en otros partidos, el centrodelantero se pasó la noche fallando goles. La jugada del penal, previa al primer gol del conjunto de Nuñez, fue su única intervención productiva en el partido: mientras iba en busca de la pelota, un defensor guaraní le rozó la cara con el botín en su afán por despejar el balón, él se arrojó al suelo simulando haber recibido una patada y el árbitro sin dudarlo cobró la falta. Falcao fue el ejecutor y no falló. Cinco minutos después, a causa de un penal también muy discutido, el equipo paraguayo igualó el marcador.

Luego del entretiempo, River salió a la cancha muy nervioso, al minuto 58, Diego Buonanotte se hizo expulsar infantilmente por una dura entrada sobre Rivero. A partir de ahí, el equipo se desarmó completamente, ingresó Rosales por Cabral, razón por la cual quedaron sólo dos jugadores en la última línea millonaria y entró tambien Gallardo (por Sambueza, minuto 69) que fue el autor del descuento con un golazo de tiro libre que sólo sirvió para decorar el marcador ya que el partido a esa altura estaba 4 a 1. Los paraguayos habían sabido aprovechar las oportunidades que se les presentaron y habían liquidado el marcador hacía ya unos minutos. El 4 a 2 final condenó al team argento a volver a Buenos Aires con las manos vacías y con la frustración de, una vez más, haber quedado eliminado en la primera ronda del torneo (igual que en 2007).

Ya son trece los años sin Libertadores para River, y cada año que pasa la obsesión por la copa es aún mayor y la presión aumenta para con los jugadores y el cuerpo técnico de turno.¿Y los dirigentes? Parece ser que éstos seres que aman con locura al club no se dan cuenta, no sienten esa presión, ni les importa demasiado el hecho de que alguna vez el club de sus amores vuelva a ganar un torneo importante a nivel internacional, no les interesa que su máximo rival sea siempre candidato y animador de los torneos importantes, porque sino, sin duda alguna, hubieran dado un paso al costado hace ya muchos años.

Fermando Signorini: “Nunca dije que no se pueda jugar en la altura”

El actual preparador físico de la selección argentina Fernando Signorini dio una charla a alumnos de periodismo ayer por la mañana en la que trató el tema de la altura, a causa de los ya conocidos efectos que produjo este factor en los jugadores argentinos durante el partido disputado el pasado 1º de abril en la caída por 6 a 1 ante la selección boliviana en los 3700 metros de La Paz. “No se debe jugar en la altura si el jugador que va desde el llano no tiene tiempo de acostumbrarse a la diferencia de presión. De todas maneras, Argentina jugó muy mal y podría haber recibido 14 goles; esto no es una excusa, sino una realidad”, comenzó diciendo. “Después de varios estudios, se calcula que es necesaria una semana de adaptación por cada mil metros de altura, o sea que la selección debería haber estado casi un mes antes en La Paz, no una semana como afirman algunos”, sentenció. También se refirió a la selección local, ante el cuestionamiento de que si Maradona debería haber viajado tiempo antes sólo con jugadores que se desempeñen en la Argentina para una correcta adaptación, asegurando que “aunque sean del ámbito local, es muy difícil que los clubes cedan a sus jugadores, y mucho menos un mes antes, ya que todos están peleando por algo importante, sea el campeonato, la entrada a las copas o el descenso”. Al parecer, Signorini no es quien tiene la solución para este conflicto, por un lado admite que se puede jugar en la altura, pero también sabe que es muy difícil tener tanto tiempo antes a los jugadores para que se puedan acostumbrar; aunque aseguró: “voy a seguir pataleando para que se haga algo con este tema, porque si jugara el hijo de alguno de los que tienen poder, esto sería diferente”.

Finalmente, cuando le preguntaron por el partido que jugó Maradona junto a Evo Morales el año pasado con el objetivo de mostrar que se puede jugar en la altura, dijo que “Diego fue a jugar ese partido porque esta ligado sentimental e ideológicamente con Evo Morales, no opinó desde el conocimiento, sino desde el sentimiento”.

Ídolo el que juega

La imagen más sobresaliente del pobre superclásico que vivimos este domingo fue la de Cristian Fabbiani pateando un cartel de publicidad luego de ser sustituído por Mauro Rosales a los 21 minutos del segundo tiempo. De esta manera se demostró, en cancha, que los ídolos de verdad son los que saben jugar y, por sobre todo, que conocen la manera de protagonizar un clásico de esta magnitud. El ídolo primero juega y después habla, tiene historia; Fabbiani es ídolo de los medios y hoy en día le hace mal al fútbol. Una cosa es la picardía y otra muy diferente es el chamuyo. Palermo y Gallardo, autores de los goles, son ídolos de los de verdad, tipos que llevan la camiseta tatuada en el cuerpo, que si hablan es porque saben qué decir y cuándo decirlo, no porqe les meten una cámara adelante y los dejan hablar boludeces; pero por sobre todas las cosas, están mucho más capacitados que un tipo que llega a River después de ser tapa de revistas de farándula y de haber coqueteado con un club serio como Vélez solamente para dejarlo pagando después de haber arreglado un contrato. Boca y River, eternos rivales, gracias por cooperar inconscientemente y demostrar que los ídolos de verdad se ven en la cancha y no en la tele. A los grandes hay que cuidarlos, eso hizo Boca con jugadores como Palermo, Riquelme, Battaglia, o Ibarra, por eso a pesar de que se fueron del club, volvieron con más hambre de gloria. River, por su parte, si está necesitado de ídolos que piense en Ortega, o que busque repatriar a jugadores como Crespo, Saviola, Aimar, Ayala o Sorín; colgados en sus clubes o pasando sin pena ni gloria por el fútbol europeo. Caudillos. Eso es lo que River necesita para contagiar a los más jóvenes el amor por la camiseta y ese "no se qué" que, hace no muchos años, lo emparejaba un poco más con su eterno rival. Eso no se enseña polemizando en los medios ni golpeando carteles. Uno no es más ídolo por irse de boca antes de un partido y después tener que salir a dar explicaciones a su hinchada por no haber podido agarrar la pelota durante 90 minutos. Ojalá que se sepa (o lo sepan) callar y se dedique a jugar y demostrar adentro de una cancha lo que sabe. Que se gane a la gente por lo que hace y no por lo que dice y algún día capaz llegue a ser ídolo de verdad.

Encuesta Cerrada

Se cerró la encuesta y los resultados marcan que el 60% de los votantes cree que Juan Martín Del Potro será número uno del mundo en algún momento de su carrera, mientras que el otro 40% opina que nunca llegará a lo más alto del ranking ATP.

El argentino se encuentra actualmente en el quinto puesto del escalafón mundial, lugar al que accedió luego de vencer al español Rafael Nadal en los cuartos de final del Masters 1000 de Miami. En su último partido cayó sorpresivamente derrotado ante el croata Ivan Ljubicic por 4-6, 6-1 y 6-4 en el partido correspondiente a la primera rueda del Masters 1000 de Montecarlo.

Gustavo Grabia: "Los barras son fanáticos del negocio que hay alrededor de la pelota"

El periodista de Olé Gustavo Grabia dio una conferencia ayer por la tarde en la que trató el tema de barrabravas y violencia en el fútbol. Lo primero que hizo fue calificar a los barrabravas como "mercenarios del fútbol", asegurando que obedecen al que les paga y atacan al que les ordenan. Aunque se jacta de haber entrevistado a gran cantidad de barrabravas dice que son pocos los que cuentan la verdad. "En una nota que le hice a Bebote, el líder de la barra de Independiente, admitió que el club les paga por alentar, y que hubo casos en que los mismísimos representantes les pagaron para que pidan por algún jugador que estaba en el banco o para que chiflen y puteen a otro".
Más tarde, dio su definicion de "violencia en el fútbol" separándola en tres tipos: real, simbólica y negocio. "Las violencias simbólica y real, son parte del fútbol, innatas y necesarias para poder sentir la pasión, pero el problema realmente grave es la violencia del negocio, la de los barras, la de la plata", explicó. Si de dinero se trata, no se puede dejar de lado el trasfondo político-económico: aseguró que "los años electorales son los de más violencia" y, cuando se le preguntó si a la televisíon le servía la violencia como negocio declaró, sin titubear, que "la violencia no es negocio para la televisión, sino todo lo contrario, la gente va en menor cantidad a la cancha si hay disturbios, y la televisión sólo vende canchas llenas".
Cerró la charla haciendo hincapié en que los casos de peleas entre barras hoy en día son inferiores a los que existían años atrás y que la única razón es el dinero. "La mayor cantidad de enfrentamientos que se suceden en estos tiempos son a causa de internas dentro de una misma barra, por el poder y por quién gana más plata", sentenció.

FC Barcelona: Más que un club

En el año 1899 el suizo Hans Gamper convocó, mediante un aviso publicado en la revista Los Deportes, a jóvenes con la idea de formar un club. Se reunieron 12 personas, entre las que había seis españoles, tres ingleses, dos suizos y un alemán. El 29 de noviembre de ese mismo año se fundó el “Football Club Barcelona” y se designó como primer presidente al inglés Walter Wild.
Durante sus primeros años de vida, el equipo jugaba en un campo ubicado en la calle Industria de Barcelona y asistía una gran cantidad de aficionados. Desde la calle, la gente veía sólo los culos de los espectadores y por esa razón a los hinchas barcelonistas se les comenzó a llamar “culés”.
En 1922 se construyó el primer estadio del club, Les Corts, con capacidad para 30.000 espectadores. En 1929, con la llegada del profesionalismo, el Barcelona obtuvo la primera Liga Española de la historia.
Durante el régimen franquista (1939-1975), el estadio del FC Barcelona fue unos de los pocos escenarios públicos donde los aficionados catalanes podían expresarse en libertad. Por esa razón, se decía que era “más que un club”
En 1957 se fundó el Camp Nou, actual estadio blaugrana.
En los años 70 se ficharon a los holandeses Cruyff y Neeskens entre otras estrellas. Se consiguieron varios títulos a nivel local y algunos a nivel internacional.
La década de 1980 fue de grandes inversiones en cuanto a contrataciones. Jugadores como Maradona, Shuster o Lineker llegaron al club.
Años más tarde, bajo el mando de Johan Cruyff y, con jugadores como Koeman, Guardiola, Stoichkov, Romario, Laudrup, Zubizarreta o Bakero, se obtuvieron cuatro Ligas Españolas consecutivas (1991-1994) y la preciada Copa de Europa en 1992.
Durante la última década supieron brillar en el FC Barcelona estrellas como Luis Enrique, Kluivert, Overmars o Ronaldinho. Mientras que jugadores como Marquez, Eto’o, Puyol, Henry, Xavi o Messi siguen haciéndolo.
Aunque históricamente nunca tuvo publicidad en su camiseta, el club aceptó, bajo la presidencia de Joan Laporta en 2004, que las siglas de UNICEF se luzcan en su atuendo con fines meramente benéficos.

Boca es el favorito de la gente

Con el 50% de los votos, Boca Juniors fue elegido como el favorito de la gente para llegar más lejos en la Copa Libertadores. El club de la ribera hasta ahora tiene puntaje perfecto, ganó tres de tres, y se ubica puntero en un grupo que parece bastante accesible. La otra mitad de los votos se la repartieron entre Lanús y River Plate, con el 21% y el 29% de los votos respectivamente. Ninguno de los dos está cómodo en su grupo, ya que el granate quedó al borde de la eliminación después de su caída ante el Everton chileno y el club de Nuñez, por su parte, cayó en sus últimas dos presentaciones, 2 a 1 contra la Universidad de San Martín y 3 a 0 ante Nacional de Montevideo.