miércoles, 29 de julio de 2009

Descendió Osnabrück


El sueño de un elenco formado hace sólo unos meses y con sueños de campeonar quedó truncado el día de hoy, luego de la caída por 2 a 0 en el partido correspondiente a la promoción de la Serie C3 ante el Mathaüs. Después de un largo torneo plasmado de duras caídas y otras (pocas) alegrías, finalmente se concretó lo que muchos pensaban pero no atinaban a decir en voz alta: el descenso del Osnabrück a la última categoría de la Liga alemana.

Partido tras partido, y a pesar del magnánimo esfuerzo de cada uno de los titanes, el fantasma del descenso se hacía cada vez más real. Las abultadas derrotas en las primeras jornadas fueron justificadas por propios y ajenos: era un grupo prácticamente nuevo y los jugadores aún se estaban conociendo entre sí. Pero los resultados ni siquiera asomaban llegando a la mitad del torneo y, aunque se obtuvieron dos victorias consecutivas, éstas fueron sólo a causa de que los rivales no se presentaron a los correspondientes cotejos.

Recién se vio que los engranajes comenzaban a rodar en la octava fecha en el empate en tres tantos ante el Süblippen -aunque los puntos deberían haber sido para el Osna, ya que mostró una notoria mejoría en su volumen de juego-. A partir de ese encuentro, los albiverdes deleitarían durante el resto del campeonato a los aficionados con su juego, garra y corazón, a pesar de caer derrotados en casi todos los encuentros restantes (sólo se cosechó un empate sin goles ante el Iparralde en la jornada 12).

Durante el largo viaje se sumaron varias caras nuevas al plantel, que intentaron suplir otras tantas ausencias y contribuyeron sin dudas a la gran levantada futbolística del equipo.

Finalmente, y sólo porque dos conjuntos se retiraron de la liga durante su desarrollo, se evitó el descenso directo y un hilo de esperanza fluyó por las cabezas de los guerreros y allegados: la salvación era posible. El choque quedó pactado para el 26 de Julio a las 10.00 en las canchas del Club Alemán. Con el empate, le alcanzaba al conjunto verdiblanco para mantener la categoría y lograr así la hazaña. El comienzo fue duro, ya que a los pocos minutos de comenzado el partido llegó la primera anotación de la visita: un pelotazo largo frontal y una desatención en la defensa le permitió al delantero rival quedarse mano a mano con el arquero y, de manera poco ortodoxa, poner arriba a su equipo en el marcador. De todas maneras, se vio durante toda la primera etapa a un Osnabrück muy metido en su propio campo y mostrando un nivel muy bajo y con poca dinámica en su juego, buscando claramente rescatar ese punto que les hubiera dado la salvación. La segunda marcación fue un gol de otro partido: un mediocampista rival vio al arquero local adelantado y le colocó la pelota por sobre la cabeza con un disparo certero desde la mitad de cancha. De esta manera se llegó al entretiempo, con un plantel cabizbajo y con la idea de cambiar el planteo para la segunda parte. Se inició el segundo tiempo con tres hombres de punta y otro tres en el medio, manteniendo así los cuatro del fondo. El nivel del equipo aumentó claramente, aunque en ningún momento pudo obtener el control del balón y esto se vio reflejado en la cancha, sólo hubo una situación clara de gol para el local y fue en los pies de uno de los delanteros ingresados en el entretiempo: intentó una vaselina por sobre el cuerpo del portero y aunque la definición fue correcta, la pelota se acercó a muy poca velocidad a la línea de gol y a pesar del esfuerzo del volante por derecha por asegurar el tanto, la defensa logró despejar la pelota. Más tarde hubo algunas ocasiones esporádicas a causa de los desesperado intentos de lograr el empate, pero el árbitro pitó el final y no hubo más que decir: una vez más, el Osna desciende a la última categoría. El torneo que viene será un nuevo y más duro desafío para los gladiadores que buscarán defender el honor y la camiseta de su equipo ante las adversidades que afrontarán en la serie D de la Liga Vascogermana.

martes, 14 de julio de 2009

Periodismo amarillo


Desde hace muchos años el periodismo amarillo está al acecho, plasmado y consolidado casi en su totalidad en los medios de comunicación masivos. Principalmente está ligado a los programas de chimentos, donde gente de la farándula se pelea en cámara, o presentan a sus parejas, o expresan su postura ante alguna situación o persona, sin importar si tienen conocimiento sobre el tema: al parecer, una cámara delante de sus narices los habilita a hacer lo que tengan ganas en el momento, con el objetivo de lucrar un poco más.

Lo que es aún peor, este tipo de pseudo-periodismo busca fervientemente alimentar a sus seguidores con primicias diarias, sin importar la veracidad de la noticia; no les hace falta comprobar la información, y muchas veces hasta inventan relaciones, separaciones o discusiones con el único fin de conseguir algo de rating, sin si siquiera preocuparse por cómo puede repercutir en el/los implicados y sus respectivas familias o allegados. Son molestos intrusos y de profesionales tienen muy poco.

Más allá de lo que se podría denominar como periodismo amarillo base -el que se relaciona directamente a la farándula-, cada vez aumenta en mayor medida este tipo de corrupción en el ambiente del deporte argentino, más específicamente en el fútbol. Hablar de las famosas botineras, internas de un plantel profesional o hasta de la vida privada de un jugador en un programa de radio, un diario, o un canal de televisión, es cosa de todos los días. A pocos les importan los medios para conseguir una primicia y la mayoría de ellos no conocen lo que significa la palabra ética.