martes, 24 de marzo de 2009

Asesinos de la Pelota



En esta breve reseña se recordarán los primeros casos de salvajismo descontrolado alrededor de nuestro fútbol.
El primero sucedió el 2 de noviembre de 1924. Durante el revuelo posterior a la final del Campeonato Sudamericano disputado en Montevideo, que coronó a Uruguay. Ese día fue asesinado Pedro Demby a balazos. Fue el primer muerto del cual hay registros en relación al fútbol argentino.
15 años después, en 1939, en un encuentro jugado en el estadio de Lanús, la hinchada perdió la cordura y la policía comenzó a disparar a las tribunas, a causa de su negligencia fallecieron Luis López y Oscar Munitoli, un menor de 9 años. Fueron los primeros caídos en nuestro territorio a causa de esta pasión enferma.
La primera víctima fatal a causa de un barrabrava se llamó Héctor Souto, un chico de sólo 15 años, asesinado a golpes por hinchas de Huracán. Ocurrió en el estadio Tomas A. Ducó, el 9 de Abril de 1967 en un partido que el local disputaba con Racing. Roberto Perfumo, integrante de ese plantel racinguista y primo político del adolescente, contó: “Esa muerte destruyó una familia. El chico me venía a ver a mí. La verdad que lo sentí mucho y no fue fácil superarlo”.
Hoy, 42 años más tarde, seguimos lamentándonos por los mismos temas. El último caso fue el de Emanuel Álvarez, un chico de 21 años acribillado por barras cuando viajaba con la hinchada de Vélez. Mientras él cantaba y arengaba con sus compañeros, una bala rompió la ventanilla del micro en el que viajaba, ingresó en su pecho, y le causó la muerte.
Ochenta años de la misma historia y seguimos contando…

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