martes, 14 de julio de 2009

Periodismo amarillo


Desde hace muchos años el periodismo amarillo está al acecho, plasmado y consolidado casi en su totalidad en los medios de comunicación masivos. Principalmente está ligado a los programas de chimentos, donde gente de la farándula se pelea en cámara, o presentan a sus parejas, o expresan su postura ante alguna situación o persona, sin importar si tienen conocimiento sobre el tema: al parecer, una cámara delante de sus narices los habilita a hacer lo que tengan ganas en el momento, con el objetivo de lucrar un poco más.

Lo que es aún peor, este tipo de pseudo-periodismo busca fervientemente alimentar a sus seguidores con primicias diarias, sin importar la veracidad de la noticia; no les hace falta comprobar la información, y muchas veces hasta inventan relaciones, separaciones o discusiones con el único fin de conseguir algo de rating, sin si siquiera preocuparse por cómo puede repercutir en el/los implicados y sus respectivas familias o allegados. Son molestos intrusos y de profesionales tienen muy poco.

Más allá de lo que se podría denominar como periodismo amarillo base -el que se relaciona directamente a la farándula-, cada vez aumenta en mayor medida este tipo de corrupción en el ambiente del deporte argentino, más específicamente en el fútbol. Hablar de las famosas botineras, internas de un plantel profesional o hasta de la vida privada de un jugador en un programa de radio, un diario, o un canal de televisión, es cosa de todos los días. A pocos les importan los medios para conseguir una primicia y la mayoría de ellos no conocen lo que significa la palabra ética.

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